¡He vuelto! Que conste que este capítulo debería haberlo publicado ayer, pero en mi instituto fuimos se excursión y llegamos más tarde de lo planeado ^^U
Pero estuvo bien, me monté en una montaña rusa de esas que te dejan sin aire (literalmente, es que era muy rápida XD)
Bueno, eso ahora no importa. Antes de dejar el siguiente capítulo, quiero agradecer a los que comentaron, en especial a Manto, me voy a esforzar en mejorar todo lo que pueda
Bueno, también gracias vosotros, Accel y Dama Elfica
Capítulo 1: De Teselia a Kanto
Un rayo de sol se cuela por la ventana entre las cortinas. A pesar de ser débil, consigue despertar a la joven que duerme junto a su chinchilla gris. Se tapa la cara con las sábanas algo molesta: no había dormido bien aquella noche, pues había tenido una pesadilla donde un feroz dragón negro era protagonista. Pero por la puerta entreabierta entra un dulce olor que le llama la atención, a pesar de encontrarse tapada.
Se destapa y se levanta lentamente de la cama y, aún algo adormilada, sale de su habitación hasta un largo pasillo, en el final del cual hay unas escaleras que llevan a la sala de estar, donde la televisión se encuentra encendida.
-Buenos días, aquí Julen Guado, el reportero más dicharachero de toda Teselia. Hoy me encuentro en un pequeño pueblo de la región de Kanto donde acaba de empezar un evento muy especial, conocido como la "Semana de la Muerte". Para los que no lo sepan, la Semana de la Muerte es una fiesta celebrada exclusivamente en esta región durante una semana al año. Está basada en una leyenda que cuenta que, el la Torre Pokémon, está torre situada detrás de mí, se encuentra sellado un feroz dragón, conocido como Noctenebris. Durante los próximos siete días, los ciudadanos de Pueblo Lavanda y todo Kanto rezan a Arceus para que este dragón pertenezca dormido durante un año más y...-la televisión suena de fondo mientras una mujer se dedica a cocinar un desayuno especial para su marido y sus hijos.
-Buenos días, mi amor-saluda un hombre de apenas cuarenta años, que acaba de entrar en la cocina, para luego darle un suave beso en la mejilla-¿Está ya Gray despierta?
-No, continúa durmiendo. No parece haberlo pasado bien esta noche, creo que ha tenido una pequeña pesadilla.
-Pues mejor voy a despertarla yo, que el vuelo sale en tres horas...
-¡Mmmmh! Mamá, ¿qué estás cocinando? ¡Huele que alimenta!
-Vaya, pues parece ser que se ha levantado ella solita-ríe la mujer-Buenos días, Gray, mi amor. ¿Cómo has dormido?
-No muy bien-responde la chica, de cabellos grises, ojos negros como el azabache y piel pálida, como la nieve-He tenido una pesadilla, pero ahora estoy mejor.
-¡Más te vale!-dice un chico de cabello negro y con poco más de veinte años que acaba de entrar a la cocina en pijama, mientras la coge en brazos-¡No dejes que una pesadilla tonta te estropee el día!
-¡Jorge, no! ¡Suéltame!-se queja esta, mientras patalea y ríe a carcajadas-¡Jorge!
-¡Haha! ¡Feliz dieciséis cumpleaños, tonta!
-Va, chicos, por favor-interrumpe el padre-El vuelo sale en menos de tres horas, ¡tenemos que darnos prisa!
Gray logra soltarse de su hermano mayor clavándole los dientes en el brazo, y haciéndolo gritar.
-¡Gaaah! ¡Gray, eso es trampa! ¡Si tanta hambre tienes, mamá está acabando el desayuno!
Una vez que todos han terminado de desayunar, cada uno se dirige a su habitación para vestirse y prepararse.
La chica de cabellos color ceniza se mira por cuarta vez en el espejo, pues no sabe que ponerse exactamente y lleva más de quince minutos probándose ropa. En estos momentos se lleva puesta una camiseta de manga corta blanca que deja ver su ombligo, y en la que está escrita, con grandes letras negras, la palabra "HI!", unas mallas negras y unas bambas de ambos colores.
-¡Cino!-su Minccino le da el visto bueno mirándola desde la cama. En ese momento, alguien pica a la puerta.
-Hola, Gray, ¿puedo pasar?
-Adelante, Jorge-dice la chica, mientras se cepilla sus largos cabellos.
-¿Qué? ¿Estás nerviosa?-pregunta él, mirando la enorme maleta dentro de la cual Griso, el Minccino, descansa.
-Bueno... ahora que lo comentas... ¡mucho!
-Haha, ¡tú tranquila, hermanita! Lo pasarás bien en Kanto, créeme. No olvides que este es tu pequeño regalo de cumpleaños, que te hemos regalado entre papá, mamá y yo. ¡Así que mejor que lo disfrutes al máximo!
-¿Pequeño? ¿Qué clase de enfermo mental llama "pequeño" a un viaje de una semana fuera de la región?-ríe la chica, mientras coge una riñonera blanca que se cuelga de la cintura, donde mete su teléfono móvil y unas Poké Ball.
-Está bien, tú dí lo que quieras, pero recuerda llamarnos todas las noches.
-Lo haré-responde, con un tono de fastidio, mientas da un golpecito en la espalda de Griso para que salga de la maleta y así poder cerrarla.
-¡Jorge! ¡Gray! ¡Va, tenemos que irnos o se nos hará tarde!-grita su padre desde fuera de la casa. Griso se asoma por la ventana para saludar.
-¡Ahora salimos, papá!-grita Gray para que sus padres la escuchen, y luego coge en brazos al Minccino-Vamos, Griso.
-Venga, tonta, yo te llevo la maleta.
Una hora de viaje en coche después, la familia llega hasta el aeropuerto de Ciudad Loza.
-¿Lo tienes todo, Gray? ¿Llevas tu ropa? ¿La Pokédex? ¿Todos tus Pokémon? ¿El móvil?
-Sí, mamá, tranquila...-responde esta-Lo llevo todo.
-Aish, lo siento mucho, pero es que tanto tiempo separados... ¿estás segura de que quieres irte sola? Podemos esperar un tiempo, hasta el verano, cuando nos den vacaciones a tu padre, a Jorge y a mí y así nos vamos todos...
-¡Por supuesto que estoy segura! La Semana de la Muerte tan solo se celebra durante siete días al año, ¡no puedo esperar más!
-Está bien, pues... toma-le dice Jorge, extendiéndole una caja envuelta en papel de regalo. Gray la coge y se sienta en un banco para abrirla-Quería que te llevases un recuerdo mio a Kanto, y también hacerte un regalo yo solo... así que rebusqué entre mis ahorros y te compré esa cámara de fotos que tanto querías...
-¡Oh, Jorge! ¡No era necesario!-se alegra Gray, levantándose para darle un abrazo a su hermano-Muchas gracias, es justo lo que quería...
-Bueno, pues no olvides hacer muchas fotos, pues. Ahora no tienes excusas...
-
Atención, pasajeros del vuelo dirección a Ciudad Celeste, su avión saldrá en quince minutos-el padre de Gray y Jorge es interrumpido por una voz femenina que suena por los altavoces del aeropuerto, avisando del despegue del avión.
-Bueno, creo que tengo que irme...-dice la chica, mirando por la dirección que debería tomar. Se gira para ver a sus padres y a su hermano y les da un abrazo a cada uno-Nos veremos el domingo por la tarde... ¡os llamaré en cuanto llegue...!-les recuerda, mientras se aleja y los va dejando atrás. Siguiéndola a paso rápido se encuentra Griso, intentando agarrarse a la maleta para poder subirse sobre ella. Una vez logrado, se despide de la familia diciendo adiós con una patita.
Una vez en el avión, Gray se dedica a buscar su asiento.
-Oh, es aquí-dice, para que Griso se baje de su hombro y se siente en el asiento-Perdona, ¿me dejas pasar?-le pregunta a un joven chico, el cual se encuentra sentado en el asiento de al lado.
-Oh, y tanto...-responde, levantándose para dejar paso a la chica. Minutos después, una azafata empieza a repasar las normas de seguridad, a lo que Gray se mantiene completamente después, el avión despega.
-¿Acaso es tu primera vez?-pregunta él una vez en el aire, al notarla un tanto nerviosa.
-¿Eh?
-¿Es la primera vez que vuelas?-repite él, pues al parecer no lo había entendido.
-Oh, bu-bueno, sí, la verdad... no estoy nada acostumbrada a volar, pero supongo que lo prefiero a ir por mar...-responde ella, recordando los mareos que le causaba el navegar en barco-Aunque estoy algo nerviosa...
-Tranquila, es natural-intenta tranquilizarla con una cálida sonrisa-Yo también lo estaba mi primera vez, pero ahora ya estoy muy acostumbrado...
-¿Es qué viajas mucho?
-¡Y tanto! Soy periodista, y he estado en todas las regiones por lo menos tres o cuatro veces-responde orgulloso.
-¿Periodista? Vaya, ¿y realmente te gusta ese trabajo? Yo preferiría ser fotógrafa...
-Claro que sí, ¡es apasionante! Nunca sabes lo que te puedes encontrar...
El tiempo va pasando y Gray empieza a conocer mejor a aquél chico: había viajado por todas las regiones, y Almia fue el la que nació, siempre va acompañado de su Linoone y tan solo tiene un año más que ella.
Una de las azafatas avisa de que en menos de diez minutos empezarían con el descenso y, una vez en el aeropuerto, se despiden. Pero, por desgracia, aún hay algo de lo que no habían hablado... ninguno conocía el nombre del otro. Pero ya no puede volver atrás para preguntárselo, pues ya hace rato que se ha perdido entre la gente. Lo mejor sería olvidarse y seguir con lo suyo.
-Sí, sí... el viaje muy cómodo... sí, mamá, ya estoy de camino al hotel... Bueno, pues nada, seguiremos hablando esta noche. Adiós, y dale un beso a papá y a Jorge de mi parte...-la chica cuelga el teléfono y lo guarda en su riñonera. Mira a su Minccino, que se encuentra sentado junto a ella en el taxi que los lleva en dirección a su hotel-Bueno, Griso, ahora empiezan nuestras vacaciones.
-¡Cino! ¡Cino!-responde este alegre.
Apenas pasa media hora cuando llegan hasta el hotel, situado en Ciudad Azafrán. Se trata de un gran edificio, con una piscina y jardines para aquellos que se encuentran alojados en él. Gray arrastra su maleta hasta su habitación, situada en la sexta planta.
Tiene ciertos problemas, pues, para su desgracia, había demasiada gente esperando para es ascensor, por lo que optó por subir por las escaleras. Ahora sí que siente arrepentimiento por haber dejado de hacer atletismo meses atrás.
-Anda, que bueno. Justo la Semana de la Muerte, y la habitación que nos ha tocado...-dice esta, mirando la puerta. 666. No hay mejor número en estas fechas, que va. Después de reír un poco, abre la puerta para entrar en su habitación y empezar a desmontar la maleta y guardar todas sus cosas. Entre ellas, encuentra la cámara que Jorge le había regalado en el aeropuerto, hacía unas horas. Con ella hace una foto a su Minccino, el cual se había acomodado en la cama nada más llegar.
Mientras, en la planta más alta de la torre situada en el pueblo vecino, un corazón empieza a latir de nuevo después de millones de años.
Bueno, como la semana que viene salgo de viaje, probablemente el capítulo 2 se retrase un poco también, pero intentaré que no sea así.
Nos vemos~